“Nunca es tarde para empezar”: Pilar Orellana y su camino hacia la independencia con TPH

A través del programa de capacitación de TPh, Pilar Orellana logró reinventarse y encontrar la estabilidad laboral. Gracias a su gran esfuerzo y dedicación  dejó atrás años de limitación.

Pilar Orellana, oriunda de Hualqui, encontró en la Fundación Trabajo para un Hermano (TPH) una oportunidad para cambiar su vida. Hoy, con casi diez meses como manipuladora de alimentos en una residencia de adultos mayores, asegura que el curso que realizó en la Fundación fue un antes para ella.

Se formó bajo el Programa de Capacitación de Mujeres, financiado por el Gobierno Regional durante el 2023. El curso, que tuvo una duración de 3 meses, le enseñó mucho más que las herramientas para ejercer su trabajo, como por ejemplo, el desarrollo personal y la relación con los demás.

En la siguiente entrevista, conoceremos un poco más de Pilar, su paso por la Fundación y las enseñanzas que le dejó. Asimismo, profundizaremos en su evolución personal y su labor en la residencia de adultos mayores en la que trabaja actualmente.

De ama de casa a una trabajadora independiente

Madre de tres hijos, Pilar siempre soñó con emprender y capacitarse, pero las responsabilidades familiares postergaron sus deseos. “Cuando los niños eran pequeños, no podía hacer mucho. Ahora ya son grandes, incluso algunos casados, así que decidí que era mi momento para dedicarme a mí misma”, resaltó. La oportunidad llegó cuando la municipalidad de Hualqui la inscribió a través del Sence, eligiendo el programa de TPH.

Esta fue una oportunidad única para ella:  “Me dije a mí misma: ‘Tengo que hacer un curso para emprender y tener mejores opciones laborales’. Esto es una superación personal, un logro”, comentó. Su familia, orgullosa de su madre, la apoyó en todo momento.

Su paso por la Fundación y experiencias en el trabajo

El curso de tres meses no solo le entregó herramientas para el ámbito laboral, sino también valores que aplicaría en su vida y trabajo diario. “Era un agrado ir a clases. Nos enseñaron cómo actuar, trabajar, y desarrollarnos personalmente. Aprendí a empoderarme como mujer, algo que necesitaba porque antes era muy sumisa”, confesó Pilar. El compañerismo y el apoyo del equipo de TPH fueron fundamentales para su crecimiento. “Esperábamos con ansias volver cada día”, recordó.

Tras finalizar el curso y gracias al acompañamiento sociolaboral del programa, se le brindó la oportunidad de optar al puesto de trabajo, por lo que no tardó en encontrar empleo. Con un contrato formal y estabilidad laboral, hoy trabaja en la cocina de una residencia de adultos mayores. “Los abuelitos me tienen como la número uno en la cocina. Preparo comida según sus necesidades, siempre con amor y cariño”, resaltó emocionada.

Pilar no solo se limita a cocinar, sino que también ha asumido tareas de cuidadora cuando es necesario. “Hay abuelitos que me reconocen solo al oír mi voz y se emocionan. Nos encariñamos mucho con ellos, aunque eso hace difícil despedirse cuando parten”, admitió.

Un cambio profundo y duradero

Para Pilar, el curso no solo significó obtener un empleo, sino también redescubrirse como mujer. “Me dio la libertad de sentirme capaz de enfrentar el mundo laboral y aportar al sustento de mi hogar. Antes siempre había algo que me frenaba: los niños, la casa, el marido. Hoy soy libre y nadie me restringe”, afirma con orgullo.

Con casi una década de sueños postergados, Pilar Orellana es un ejemplo de que nunca es tarde para alcanzar el desarrollo personal y profesional. “La fundación me hizo más fuerte. Ahora soy una mujer empoderada, lista para seguir creciendo”, recalcó. Además, reflexionó que nunca es tarde para empezar, incluso cuando la edad parezca un obstáculo, demostrando así la determinación y el carácter que ha forjado.